The room of my mind (La habitación de mi mente) se trata de una instalación que sustenta principalmente el concepto de arte de archivo y la memoria.

Narra una historia y refleja el amar tanto a alguien hasta convertirse en una obsesión, en algo negativo y tóxico, que acaba destruyéndote. En consecuencia, también ese proceso de aceptación y sanación. Una obra intimista y autorreferencial que surge tras el abandono y el trauma, la lucha de un mismo de querer sobreexponer y ocultar.

The room of my mind (La habitación de mi mente) se trata de una instalación que sustenta principalmente el concepto de arte de archivo y la memoria.

Narra una historia y refleja el amar tanto a alguien hasta convertirse en una obsesión, en algo negativo y tóxico, que acaba destruyéndote. En consecuencia, también ese proceso de aceptación y sanación. Una obra intimista y autorreferencial que surge tras el abandono y el trauma, la lucha de un mismo de querer sobreexponer y ocultar.

The room of my mind (La habitación de mi mente) se trata de una instalación que sustenta principalmente el concepto de arte de archivo y la memoria.

Narra una historia y refleja el amar tanto a alguien hasta convertirse en una obsesión, en algo negativo y tóxico, que acaba destruyéndote. En consecuencia, también ese proceso de aceptación y sanación. Una obra intimista y autorreferencial que surge tras el abandono y el trauma, la lucha de un mismo de querer sobreexponer y ocultar.

The room of my mind

Proyecto instalativo realizado por Nuria Feng Suárez García. 2022/2023.

The room of my mind (La habitación de mi mente) se trata de una instalación que sustenta principalmente el concepto de arte de archivo y la memoria.

Narra una historia y refleja el amar tanto a alguien hasta convertirse en una obsesión, en algo negativo y tóxico, que acaba destruyéndote. En consecuencia, también ese proceso de aceptación y sanación. Una obra intimista y autorreferencial que surge tras el abandono y el trauma, la lucha de un mismo de querer sobreexponer y ocultar.

Querer y amar, amar y odiar, se convirtió tanto en una psicopatía que investigar era una rutina, cegada por la locura y el dolor, la persona ya no tenía identidad y la información no tenía sentido.

Los sentimientos reflejados en cartas, personas que sin haberlas visto ya conozco, cómplices con hilos envuelven al culpable, conversaciones perdidas de las que intento sanar, todo se desvanece, olor a quemado y cenizas enterradas, pero después de 1092 días me he encontrado.